¿Listo para adentrarte en un vendaval de riffs helados y precisión letal? Con “White Death” Sabaton nos transporta hasta el crudo invierno de 1939, cuando la Unión Soviética invadió Finlandia y los bosques se tiñeron de rojo. La letra describe el paisaje ártico –lagos congelados, cielos color carmesí– mientras un cazador solitario acecha en la penumbra: un francotirador cuyo aliento se oculta tras puñados de nieve.
Ese cazador es Simo Häyhä, el legendario francotirador finlandés apodado La Muerte Blanca. Armado sólo con su fusil y una paciencia de hielo, llegó a abatir a cientos de soldados enemigos en tan sólo cien días. La banda destaca su astucia (respirar con nieve en la boca para no dejar vaho), su templanza y la famosa sisu finlandesa –esa combinación de valentía y determinación inquebrantable– que convirtió a Häyhä en un héroe nacional y en la pesadilla de todo invasor. Cada estribillo nos coloca “en la mira del francotirador”, recordándonos que, en el silencio blanco del bosque, basta un disparo para cambiar la historia.