Sean Paul nos transporta directamente a una noche de dancehall jamaicano con "We Be Burnin'". A ritmo de percusiones contagiosas, el cantante presume de su éxito internacional y nos pinta un escenario de fiesta constante: luces de discoteca, Hennessy burbujeando en los vasos y un desfile de chicas de Nueva York, Inglaterra y, por supuesto, Jamaica. El estribillo “We be burnin’” es un guiño a encender la diversión (y la marihuana), mientras que “we be earnin’” subraya que su mente sigue en el negocio: dinero que gira más rápido que el oro, el petróleo o los diamantes.
Más allá del brillo y el humo, la letra celebra la unión cultural que provoca la música. Sean Paul se autoproclama “campeón de las chicas”, orgulloso de su talento lírico que hace bailar a cualquiera. El mensaje es claro: deja las preocupaciones en la puerta, sube el bajo y disfruta del momento. En pocas palabras, es un himno a la fiesta despreocupada y al poder global del dancehall para juntar gente, romper fronteras y vivir el presente con pura energía caribeña.