Left Behind, de la banda estadounidense Slipknot, nos sumerge en un torbellino de rabia, soledad y desilusión. El narrador recuerda “caras que han desaparecido con el tiempo” y se siente como si su propio ser se estuviera «calcificando», perdiendo vida y sensibilidad. La canción retrata la angustia de sentirse traicionado por quienes alguna vez fueron cercanos, mientras las imágenes de “vidrio”, “cal” y “drowning” pintan un cuadro casi claustrofóbico de deterioro emocional.
A lo largo del estribillo —“We all got left behind, we let it all slip away”— late la idea de que todos, de algún modo, hemos perdido algo valioso por descuido o abandono. La voz oscila entre el deseo de volver a conectar y la necesidad de ignorar a quien le causó dolor, reflejando la lucha interna entre el rencor y la búsqueda de redención. En conjunto, el tema es un grito catártico que transforma la frustración y la sensación de quedar atrás en una energía brutal, perfecta para liberar tensiones y empatizar con quienes han sentido la herida del abandono.