Snooze es una confesión de amor tan intensa que roza la obsesión. SZA se declara dispuesta a “tocar el fuego” y hacer todo lo que los demás temen con tal de no perder a esa persona especial. Entre imágenes de lealtad casi criminal —mobbing, scheming, lootin’— y referencias cinematográficas como Scarface, la cantante pinta un romance donde la adrenalina y la pasión son la divisa principal. Su mantra, “I can’t lose when I’m with you”, resume la sensación de invencibilidad y urgencia: no puede dormirse, ni literal ni figuradamente, porque cada segundo juntos es demasiado valioso para dejarlo escapar.
Al mismo tiempo, la canción revela grietas: reproches, inseguridades y el constante tira y afloja de una relación que podría volverse tóxica. SZA admite que su vida se siente menos difícil cuando está con su pareja, aunque también se muestra vulnerable al preguntar si está “haciendo demasiado”. Así, Snooze mezcla devoción absoluta con ansiedad, creando un retrato honesto de esos amores magnéticos que, aun sabiendo que queman, no queremos —ni podemos— soltar.