stupid es el desahogo pop de Tate McRae en el que la cantante canadiense admite, con mucho sarcasmo, lo que se siente estar enganchada a alguien que sabes que te hace mal. Ella repasa cada momento del día —mañanas, noches, entre semana y fines de semana— para dejar claro que esa persona ocupa todos sus pensamientos. Aunque lee las “advertencias” y entiende que la relación perjudica su salud, se ríe de sí misma confesando: “soy tan estúpida por ti”.
El tema retrata la típica dinámica tóxica: cuanto peor es la influencia, más irresistible se vuelve. Tate enumera sus hábitos y descubre que todos llevan la firma de esa relación adictiva; aun así, volvería “del infierno” si fuera con él. Con un estribillo pegajoso y repetitivo, la canción subraya la lucha interna entre la razón (sé que es dañino) y el corazón (no puedo parar). En resumen, es un himno a la auto-ironía y a la vulnerabilidad de amar sin medida, algo con lo que cualquiera que haya sentido una atracción imposible puede identificarse.