¿Alguna vez una prenda vieja te ha hecho sentir como en casa? En cardigan, la cantautora estadounidense Taylor Swift transforma un suéter olvidado en metáfora de un amor juvenil intenso, dulce y algo agridulce. La narradora recuerda cómo, en medio de calles adoquinadas, luces de neón y besos furtivos, un chico la hace sentir especial cuando el mundo la subestima por su edad. Como ese cárdigan que permanecía debajo de la cama, ella se creía desgastada y fuera de lugar, hasta que él la “vuelve a poner” y la llama su favorita.
El tema recorre la montaña rusa emocional de una relación que empieza con brillo y termina con cicatrices. Vemos momentos de euforia —bailar en Levi’s, dibujar estrellas alrededor de las heridas— y otros de despedida —trenes que se escapan, promesas rotas como un final alternativo de Peter y Wendy—. Aunque la pasión se apaga, el recuerdo persiste, “como un beso tatuado”, demostrando que los primeros amores dejan marcas indelebles. Con imágenes nostálgicas y cinematográficas, Swift captura la mezcla de inocencia, descubrimiento y pérdida que todos sentimos al crecer, recordándonos que incluso después de ser arrugados, siempre podemos volver a ser el cárdigan favorito de alguien.