Cassandra es una canción donde Taylor Swift se pone en la piel de la mítica profetisa griega, aquella que veía el futuro con claridad, pero a la que nadie escuchaba. A través de imágenes como "llenar la celda de serpientes" o el grito colectivo de Burn the bitch, la artista denuncia cómo la sociedad castiga a quien se atreve a revelar verdades incómodas. El tema mezcla el drama clásico con referencias a su propia historia: la cultura del escarnio público, el poder del rumor y el coste personal de advertir a los demás cuando todo el mundo prefiere mirar a otro lado.
Más que un lamento, la canción es un recordatorio de que la verdad suele incomodar antes de liberarnos. Entre guitarras tensas y un estribillo casi cinematográfico, Taylor retrata la crueldad del linchamiento social, la hipocresía de los que priorizan el dinero o la reputación y, al final, el silencio sepulcral que queda cuando los hechos se confirman. Cassandra nos invita a cuestionar de qué lado estamos: ¿somos quienes tiran la primera piedra o quienes se atreven a escuchar la advertencia a tiempo?