¿Quién teme a la dulce Taylor? En esta canción, Swift se disfraza de villana de cuento para burlarse de quienes intentaron silenciarla y luego la llamaron “loca”. Con imágenes de cadalsos, circos y fiestas arruinadas, la artista describe cómo la fama y las críticas han querido domarla, quitarle los “dientes” y convertirla en un espectáculo. Sin embargo, lejos de rendirse, se lanza desde la horca y flota por la calle como si fuera un truco de magia, gritando que sigue viva, más fuerte y peligrosa que nunca.
La letra mezcla sarcasmo, rabia y un toque teatral para recordar que cada acusación, cada chisme y cada intento de censura solo alimentaron su fuego creativo. Swift juega con la idea de ser un monstruo inventado por la prensa y revierte el miedo: ahora son ellos quienes deberían temer a la “pequeña” Taylor. La canción es un himno de empoderamiento que reivindica la fuerza que nace del dolor y celebra la libertad de reírse en la cara de quienes quisieron cortarle las alas.