“Can't Stop Talking” es un chute de energía glam-rock en el que Luke Spiller —voz de The Struts— se mete en la piel de alguien que no puede callar ni un segundo. Entre riffs pegadizos y coros contagiosos, el protagonista confiesa que su verborrea lo lleva a hacer amigos, ganarse enemigos e incluso evitar peleas, todo en la misma noche. Detrás de tanta labia hay una herida reciente: su pareja lo ha dejado y, al salir de fiesta para olvidarla, necesita llenar cada silencio con palabras.
Esta canción celebra la impulsividad de quien habla sin filtros, pero también retrata la soledad que muchas veces se esconde tras ese ruido constante. La letra muestra cómo el deseo de ser escuchado puede unirnos momentáneamente a completos desconocidos —“This is my new best friend”— para luego dejarnos con la resaca emocional de no haber dicho lo que realmente importa. Un tema perfecto para practicar vocabulario sobre emociones, relaciones y situaciones nocturnas mientras bailas y cantas sin parar.