«Me-meet me at The London» es más que un simple estribillo; es la contraseña para entrar en un mundo de lujo, adrenalina y confidencias. Young Thug invita a su cita (y al oyente) a reunirse en un famoso hotel de Atlanta, prometiendo conversaciones y aventuras que no se pueden deshacer. De fondo suenan billetes que crecen mientras el trío presume de poder moverse por todo el planeta, arreglar “asuntos” con la misma facilidad con la que se corta el césped y, sobre todo, disfrutar del estrellato sin perder la picardía callejera que los llevó hasta allí.
En cada verso, los invitados añaden capas al retrato de grandeza. J. Cole saca la calculadora y presume de que cada palabra suya vale miles de dólares, a la vez que defiende su corona como uno de los raperos más duros que existen. Travis Scott aporta su sello psicodélico y hedonista, describiendo fiestas sobre ruedas y romances intensos con metáforas que chispean como neón. Young Thug, anfitrión del tema, remata la jugada con su característico flow elástico y una lista interminable de lujos, lealtades y travesuras. En conjunto, la canción es un brindis a la ambición, la opulencia y la camaradería entre artistas que dominan la escena sin pedir permiso.