Don’t Call Me Angel es un grito de poder femenino donde Ariana Grande, Miley Cyrus y Lana Del Rey dejan claro que, aunque tengan alas metafóricas y “vuelen alto”, no aceptan que ningún chico les ponga la etiqueta de “angelitos”. Con frases como "I make my money and I write the checks" reivindican su independencia económica y emocional, mientras advierten que el coqueteo vacío y los halagos baratos no alcanzan su precio ni su respeto.
En este tema, las tres artistas estadounidenses se unen para marcar límites: si alguien quiere acercarse, tendrá que hacerlo con respeto, sinceridad y sin idealizarlas. Ellas admiten que pueden ser seductoras y disfrutar del juego, pero no están dispuestas a sacrificar su autenticidad. El resultado es un himno vibrante que mezcla fuerza, sensualidad y autoestima, perfecto para recordarnos que cada quien decide cómo quiere ser llamado y tratado.