¿Alguna vez sentiste un antojo tan fuerte que parecía hambre? En “LUNCH”, Billie Eilish convierte esa sensación en una metáfora deliciosa para hablar de deseo y atracción hacia otra chica. Con imágenes que mezclan comida, coqueteo y un tono juguetón, la cantante de Los Estados Unidos explora la intensidad de querer a alguien, resaltando la chispa, la curiosidad y el impulso de ir más allá de una simple amistad. Cada referencia culinaria subraya lo “irresistible” de la otra persona y la forma en que el deseo puede dominar la mente… ¡igual que cuando no puedes dejar de pensar en tu plato favorito!
La canción también celebra la libertad y la seguridad de expresar una atracción queer sin tapujos. Billie retrata el momento de invitar, mimar y cuidar a esa persona especial, mientras se pregunta si la conexión podría convertirse en algo duradero. Entre humor, atrevimiento y dulzura, “LUNCH” nos recuerda que el amor y el deseo son experiencias sabrosas que merecen disfrutarse con confianza y valentía.