**Imagina que un admirador desconocido conoce cada detalle de tu rutina, se cuela en tu casa en busca de algo de comer y, entre susurros, promete que podrías ser su esposa. Ese es el inquietante punto de partida de “THE DINER”. Narrada desde la perspectiva de un acosador, la letra mezcla romanticismo retorcido y suspense: el narrador observa a la protagonista en pantallas, espera en su calle, irrumpe en la cocina y deja una “tarjeta de presentación” para que todos sepan que fue él. Incluso tras ser arrestado y pagar una fianza exorbitante, sigue enviando cartas desde la cárcel y recitando su número de teléfono —310-807-3956— como un mantra obsesivo.
Más allá del tono siniestro, Billie Eilish pone el foco en los peligros de la fama y las relaciones parasociales. La canción funciona como una advertencia: la línea entre admiración y obsesión puede borrarse con facilidad. Con letras cinematográficas y un ambiente sonoro tenso, Billie nos hace sentir la ansiedad de ser observados constantemente, recordándonos que, en la era de las redes, cualquiera puede convertirse en el personaje central de la fantasía de otra persona.