¡Sube el volumen y siente el pulso electro-pop de It Should Be Easy! Britney Spears, acompañada del siempre futurista will.i.am, nos invita a una pista de baile donde el amor se declara sin rodeos. Entre beats digitales y estribillos pegajosos, la cantante confiesa que ha estado “thinking, just sitting thinking” en todas las razones por las que adora a su chico y lo esencial que se ha vuelto en su vida. Su emoción es tan grande que, si existiera una escala del 1 al 10, su amor llegaría a un “million, billion”. Pero, a pesar de tanta intensidad, ella lanza una petición muy clara: que no le compliquen el corazón.
El tema gira alrededor de una idea sencilla: el amor debería ser fácil, no un rompecabezas. Britney celebra la conexión espontánea, la confianza y la alegría de compartir el presente, pero también advierte que no está dispuesta a tolerar juegos mentales. Al final, el coro repetitivo –“la da di, la di da”– se siente como un mantra que nos recuerda la clave: fluir, bailar y amar sin complicaciones. Así, la canción se convierte en un recordatorio fresco y divertido de que la mejor fórmula para el romance es la honestidad y la simplicidad.