¡Prepárate para una verdadera descarga de adrenalina! Toxic, el éxito mundial de la artista estadounidense Britney Spears, compara el enamoramiento con una sustancia peligrosa que se apodera del cuerpo y la mente. La cantante reconoce que esa persona debería venir con una advertencia, pero aun así se deja llevar por la sensación de vértigo, el sabor prohibido y la euforia que provoca cada beso.
En la letra, el amor se describe como un veneno delicioso: cuanto más lo prueba, más adicta se vuelve. Spears juega con la dualidad de placer y riesgo, recordándonos que algunas relaciones pueden ser tan emocionantes como destructivas. Entre metáforas de caídas, pérdidas de control y paraísos tóxicos, la canción invita a reflexionar sobre esos amores irresistibles que, aunque sabemos que no son saludables, nos resultan imposibles de abandonar.