¿Alguna vez sentiste que el mundo se te viene encima? En Skyscraper, la artista estadounidense Demi Lovato transforma ese momento de absoluta fragilidad en un canto vibrante de resistencia. La letra dibuja imágenes de cristal roto, silencio y lágrimas, como si todo lo que ella es pudiera desmoronarse con un simple suspiro. Sin embargo, esa misma vulnerabilidad se convierte en combustible: cuanto más intentan derribarla, más alto se eleva, como un rascacielos que atraviesa el humo y toca el cielo.
La canción combina dolor y esperanza para recordarnos que la fortaleza no significa ser indestructible sino levantarse después de caer. Con cada verso, Demi invita al oyente a honrar sus cicatrices, sacudirse el polvo y reclamar su lugar. Skyscraper se alza así como un himno de superación personal y autoestima que nos anima a mantenernos firmes incluso cuando otros quieran hacernos sentir de papel. Al final, lo que importa no es la caída, sino la altura a la que somos capaces de volver a subir.