When I'm Gone es un viaje emocional donde Marshall Mathers, mejor conocido como Eminem, se quita la máscara de “Slim Shady” para mostrarnos su lado más humano. Con un ritmo intenso y letras cargadas de imágenes muy vívidas, el rapero de Detroit confiesa la culpa que siente por sacrificar momentos familiares en nombre de la fama. Las escenas oníricas - como el escenario que sustituye su habitación o el avión que se estrella - simbolizan el choque entre su carrera y su vida como padre: Hailie (su hija) pide tiempo y cariño, mientras el público exige más canciones y conciertos.
Al final, el mensaje es claro: el amor por la familia está por encima de todo. Eminem les dice a sus hijas que, si alguna vez llega a faltar, recuerden su voz con alegría y sigan adelante. Entre disculpas, promesas y un deseo de redención, la canción mezcla crudeza y ternura para recordarnos que el éxito no siempre se mide en aplausos, sino en los abrazos que no queremos perder.