«I Knew It, I Know You» es la crónica de una ruptura en la que la narradora ya dio vuelta la página, mientras su ex sigue esperando disculpas que nunca llegarán. Con frases afiladas y mucho sarcasmo, Gracie Abrams cuenta cómo ella creció, amó, perdió y aprendió a estar bien incluso bajo la lluvia, mientras la otra persona se quedó estancada. El estribillo “I knew it, I know you, I called it” funciona como un “te lo dije”, subrayando que ella siempre intuyó que la relación terminaría así. Entre elogios vacíos (“cheered the loudest for you”) y preguntas punzantes (“¿no te sientes solo por las noches?”), la cantante deja claro que no siente culpa por priorizarse.
La segunda mitad de la canción profundiza en ese contraste: él se hunde down una y otra vez, incapaz de “sentarse con algo difícil”, mientras ella se mantiene firme, aunque admite que a veces le dan ganas de llorar. Aquí surge la gran paradoja emocional: todavía hay un cariño residual que la haría “cancelar todos sus planes” por hablar, pero no al precio de traicionarse. El resultado es un himno a la autoafirmación, perfecto para practicar vocabulario sobre independencia, límites y la mezcla agridulce de nostalgia y liberación que queda tras un adiós.