En “That’s So True”, Gracie Abrams convierte una conversación interna llena de ironía y rabia en una crónica pop sobre el desamor pos-ruptura. La cantante observa a su ex desde fuera de su “casa de cristal”, recordando cada momento en que él repite el mismo guion con otra chica: las miradas desde el sofá, la camiseta que se quita con descaro, los cumplidos reciclados. Entre la envidia y la solidaridad femenina, Gracie alterna pensamientos como “me cae bien, ella es divertida” con un honesto “creo que la odio, todavía no soy tan madura”. Esa contradicción revela lo universal de la herida: querer advertir a la nueva pareja pero, al mismo tiempo, admitir que el rencor aún no se cura.
El estribillo “you’re just another dude, that’s so true” funciona como un mantra sarcástico que le permite recuperar el control. Aunque declara “salí con vida, pero creo que lo perdí todo”, Gracie transforma el dolor en un himno ligero, con humor afilado y un ritmo que invita a cantar mientras sanamos. La canción retrata el momento exacto en que reconocemos las tácticas de un ex, nos reímos de ellas y, poco a poco, pasamos página, demostrando que la mejor venganza es exponer la jugada y bailar sobre ella.