¿Listo para un subidón de autoestima al ritmo del rap francés? En “I”, Kendrick Lamar se planta frente al espejo (¡un espejo “sucio y doble”!) y declara a los cuatro vientos I love myself. No es una frase vacía: después de atravesar "juicios y tribulaciones", tentaciones diabólicas y un barrio donde abundan "bombas en la calle" y "pistolas en el barrio", el MC convierte la adversidad en combustible para celebrar la vida. La canción estalla con coros, gritos de Yay, yay y una base funk que invita a moverse mientras predica un mensaje clarísimo: el amor propio es un acto de resistencia.
Entre menciones a la depresión, la violencia y la presión social, Kendrick nos recuerda que hay que levantarse cada día ("Life is more than suicide") y confiar en que "el sol volverá a brillar". Su fórmula mezcla fe, honestidad y ritmo contagioso para construir un himno contra el pesimismo: si el mundo es "un gueto con grandes armas y pancartas", responder con amor hacia uno mismo se vuelve un gesto revolucionario. Así, "I" no solo hace que bailes; te invita a alzar la cabeza, sonreír y gritar: ¡Yo me amo!