¿Qué pasaría si un solo atardecer sobre la autopista de la Costa Dorada pudiera durar para siempre? Forever Ain't Long Enough de Max McNown nos invita a ese sueño imposible: atrapar el tiempo y exprimir cada segundo al lado de la persona amada. Con imágenes cinematográficas ‑paseos en jeep hasta Santa Fe, cafés al amanecer en Montana, chapuzones bajo la aurora boreal- la canción traza un mapa de aventuras que recorre Estados Unidos y salta hasta la Patagonia. Todo ese recorrido sirve para subrayar una idea: cuando el amor es enorme, ningún “para siempre” alcanza.
En su letra, McNown celebra la urgencia de vivir sin frenos porque el reloj no se detiene. Cada verso es una postal que mezcla libertad, carretera y promesas de futuro —comprar un terreno, criar hijos, escribir infinitas canciones— mientras el estribillo confiesa que harían falta cien vidas para decir y hacer todo lo que sienten. El resultado es un himno optimista que combina espíritu viajero y romanticismo desbordante, perfecto para recordarnos que el momento de lanzarse a la aventura es ahora.