¿Puede un gran amor familiar ser también el veneno que nos quita la paz? Esa es la pregunta que Meghan Trainor, artista de Estados Unidos, y el potente soul de Teddy Swims plantean en Bad For Me. A través de un ritmo pop envolvente y coros pegadizos, la canción narra el momento en que alguien reconoce que, aunque existe un lazo de sangre y un cariño incondicional, las promesas rotas y el egoísmo del otro están dañando su bienestar. La terapeuta sugiere escribir una carta liberadora, pero la protagonista se da cuenta de que ni siquiera eso cambiaría a quien la hiere.
El mensaje es claro: quererse también implica alejarse de lo que duele. Entre confesiones de culpa, ganas de gritar y la necesidad de “correr” de esa realidad tóxica, el tema celebra la valentía de poner límites, cuidar la salud mental y entender que el amor propio no es egoísmo, sino supervivencia. Así, la letra convierte un drama familiar en un himno esperanzador para cualquiera que necesite cortar lazos que resultan “bad for me”.