¿Qué harías si mañana no existiera? Esa es la pregunta que Miley Cyrus lanza al aire en End Of The World. Ante un cielo que se desploma “como un cometa”, la cantante norteamericana imagina un escenario apocalíptico para recordarnos que el tiempo es frágil. Entre imágenes festivas –gastar los ahorros en un Mercedes, organizar una fiesta al estilo McCartney, perderse en París o ver el atardecer en Malibú– la letra celebra la urgencia de vivir, amar y atrevernos a todo lo que antes nos frenaba.
La canción es, en el fondo, un himno al carpe diem: si el futuro es incierto, aprovechemos el presente con intensidad y complicidad. Miley propone abrazar a quien amamos, viajar sin mapas y vaciar la botella para olvidar los miedos. Así, convertir el supuesto fin del mundo en la mejor excusa para pintar la vida con colores más vivos que nunca.