Radiohead nos invita a un viaje inquietante con “Man of War”, una canción que combina imágenes bélicas, criaturas marinas venenosas y confesiones borrachas para hablarnos de la paranoia y el precio del poder. El título juega con el doble sentido: un “man-of-war” puede ser un barco de guerra o una medusa peligrosa. Así, Thom Yorke retrata a alguien que se cree invencible, cruzando océanos y viviendo aventuras clandestinas, pero que termina sintiéndose más solo que nunca cuando el ruido exterior se desvanece.
Cuando el narrador promete “hornear un pastel con todos sus ojos” y advierte que “los gusanos llegarán a tus grandes botas”, nos recuerda que nadie escapa a las consecuencias. Entre metáforas oscuras y amenazas casi burlonas, la canción expone cómo la culpa y la ansiedad terminan alcanzando incluso a los que aparentan ser más fuertes. “Man of War” es, en el fondo, un recordatorio de que el poder sin empatía se convierte en veneno que acaba volviéndose contra uno mismo.