¡Prepárate para viajar de vuelta a los pasillos del instituto! En So High School Taylor Swift retrata ese cosquilleo adolescente que regresa cuando un amor te hace sentir novata otra vez. Con imágenes de películas clásicas como American Pie, juegos de “verdad o reto” y partidas de Grand Theft Auto, la cantante pinta una escena llena de lockers imaginarios, luces de feria y carcajadas a escondidas. Cada verso es una mezcla de nostalgia y adrenalina: esconderse en la multitud para luego entrelazar los dedos, sonrojarse bajo luces parpadeantes y “fumar” chistes como si fueran una chispa que coloca más que cualquier cigarrillo.
Detrás de la estética juvenil hay un mensaje sobre la renovación del enamoramiento. Swift celebra cómo un vínculo puede devolver la ligereza de los dieciséis sin perder la seguridad adulta: él abre la puerta del coche con caballerosidad, ellos intercambian referencias cultas (“yo sé Aristóteles, tú sabes jugar baloncesto”) y se lanzan “a toda velocidad” hacia un futuro que combina atrevimiento y dulzura. La cantante se ríe, suspira y sueña con “casarse, besar o matar” dentro de un mismo juego, recordándonos que el amor, a cualquier edad, siempre puede sentirse tan caótico, efervescente y emocionante como el primer día de clases.