Reptilia es un torbellino de guitarras y adrenalina donde la voz de Julian Casablancas narra un choque de voluntades en plena noche neoyorquina. Entre frases cortantes como "please don't slow me down" y "you're in a strange part of our town", el protagonista se siente perseguido por la pasividad de la otra persona mientras él solo quiere acelerar. La escena recuerda a una discusión en mitad de una fiesta: la habitación arde metafóricamente, alguien se arregla el cabello con calma y, a la vez, todo parece a punto de estallar.
El título alude al “cerebro reptiliano”, esa parte primitiva que nos impulsa a reaccionar con instinto y sin filtros. La canción habla de cómo los caminos de dos personas se separan cuando cambian sus deseos y velocidades vitales: uno toma el control, el otro queda atrás, y la risa se convierte en frustración. Con su ritmo urgente y letras cargadas de ironía, Reptilia retrata el momento exacto en que una relación pasa de la complicidad a la competencia, mostrando que a veces nuestra parte más básica toma el volante y nos obliga a pisar el acelerador sin mirar atrás.