Pray For Me es un grito de auxilio envuelto en ritmo futurista. Con la voz melancólica del canadiense The Weeknd, la canción nos pone en la piel de un héroe cansado que vive en modo de combate constante: pelea contra el mundo, contra sus enemigos y contra sus propios demonios. Entre sintetizadores oscuros, él se cuestiona quién va a rezar por él, quién cargará con su dolor y quién salvará su alma cuando sienta que la soledad lo devora.
Luego irrumpe Kendrick Lamar con una ráfaga de versos que convierten esa lucha interna en una batalla épica contra la injusticia social y el caos que azota las calles. Habla de terremotos, disparos y corrupción para recordarnos que, a veces, el único héroe posible es el que vemos en el espejo. El resultado es un himno sobre el sacrificio, la responsabilidad y la búsqueda desesperada de fe en un mundo que parece desmoronarse.