Don't Dream It’s Over es un himno de esperanza que Miley Cyrus y Ariana Grande convierten en un diálogo cálido y cercano. Desde la primera línea —“There is freedom within, there is freedom without”— la canción nos invita a reconocer que la libertad nace tanto en nuestro interior como en el mundo que recorremos. Aun cuando intentamos “atrapar un diluvio en un vaso de papel”, es decir, controlar lo incontrolable, el mensaje es claro: el camino cobra sentido si viajamos juntos. Las imágenes cotidianas —un coche remolcado, un agujero en el techo, titulares de guerra— reflejan las batallas pequeñas y grandes que enfrentamos cada día, pero el estribillo insiste: “Hey now, don’t dream it’s over”. No permitas que el sueño termine, porque la unión es más fuerte que cualquier muro que quieran levantar entre nosotros.
En la segunda mitad, la música se convierte en un pulso de confianza. El sonido del tambor marca el ritmo de una marcha hacia el corazón del otro, mientras las “sombras” apenas despejan el techo y anuncian la llegada de la luz. El coro regresa como un mantra optimista: aunque el mundo se interponga, “sabemos que no ganarán”. En solo unos minutos, Cyrus y Grande transforman las preocupaciones diarias en un canto de resistencia afectiva, recordándonos que la verdadera victoria consiste en mantenernos unidos, soñar y seguir adelante, sin dejar que nada ni nadie apague nuestra fe en un final feliz compartido.