¿Te imaginas invitar a tu pareja a un paseo por el cosmos? Así arranca “Fly Me To The Moon”, en la suave voz de la canadiense Diana Krall. La letra convierte el amor en una aventura espacial: pedir la mano se transforma en jugar entre estrellas y descubrir la primavera en Júpiter y Marte. Cada planeta simboliza un anhelo de ir más allá de lo cotidiano para expresar un sentimiento tan grande que ni la Tierra basta.
En su corazón, la canción es una súplica sencilla y sincera: “Tómame de la mano, bésame, sé leal”. El universo sirve de escenario para decir lo esencial: te adoro y quiero vivir cantando contigo para siempre. Con su estilo jazzístico, Krall envuelve esta declaración en un ambiente íntimo y elegante que hace que cada palabra suene eterna.