Curtains funciona como un juego de escondidas emocional donde Ed Sheeran, cantautor británico, confiesa que ha pasado demasiado tiempo refugiado en la oscuridad de sus propios pensamientos. Con versos que hablan de mangas largas, secretos y esa pregunta incómoda de “¿estás bien?”, el cantante describe la lucha interna de quien prefiere ocultar el dolor para no preocupar a los demás.
El estribillo —un ruego para que corran las cortinas— se vuelve un llamado a dejar entrar la luz, a permitirse sentir el sol de la esperanza y reconocer que “mañana es otro día”. La canción celebra el momento en que alguien amado nos encuentra, nos tiende la mano y nos recuerda que las lágrimas se secan, que la montaña no es tan empinada si la subimos acompañados y que la belleza de la vida aparece cuando nos atrevemos a mirar afuera.