Foo Fighters, liderados por Dave Grohl, transforman en rock visceral una plegaria muy humana. 'Saint Cecilia', llamada así por la patrona de la música, presenta a un narrador que se siente expuesto (no hay secretos ya). Su nombre cuelga como un viejo estorbo en la puerta ajena, y con la voz a punto de romper suplica: Bring me some healing, Saint Cecilia, carry me home. Entre guitarras y batería, la banda retrata la búsqueda de refugio cuando las heridas pesan y todo parece un 'house of broken bones'.
El estribillo insiste en que, pase lo que pase, days will come and go. Esta repetición martillea una verdad simple: nada está escrito en piedra; el tiempo sigue su curso. De la desesperación inicial brota un mensaje esperanzador: si la vida es cambio, la música puede ser ese hogar portátil que nos acompaña mientras sanamos. 'Saint Cecilia' invita a aceptar lo efímero, a soltar el control y a encontrar consuelo en el poder casi sagrado de una buena canción.