Juice WRLD nos abre la puerta a su tormenta emocional en “All Girls Are the Same”. Entre tragos fuertes y amaneceres en un Monte Carlo alquilado, el rapero confiesa su frustración: siente que cada romance termina clavándole la misma espina. La canción narra un ciclo vertiginoso de desamor, celos y autodestrucción, donde el alcohol funciona como anestesia temporal mientras la mente se llena de “demonios” que no lo dejan en paz.
Más que un simple lamento amoroso, el tema refleja la batalla interna de alguien que anhela amor genuino pero tropieza con relaciones superficiales que le “pudren el cerebro”. Su voz combina vulnerabilidad y rebeldía, igual que un grito juvenil preguntándose por el “secreto del amor” mientras corre una carrera que parece imposible de ganar. Así, Juice WRLD convierte su dolor en arte y nos invita a sentir esa mezcla de melancolía y sinceridad cruda que caracterizó su breve, pero impactante, carrera.