En Hands To Myself, la cantante mexico-estadounidense Selena Gomez se deja llevar por un deseo irresistible que la hace repetir una sola idea: "Can't keep my hands to myself". La canción es una confesión juguetona y sensual en la que la artista compara a su persona amada con un “gin and juice” metafórico: algo tan embriagador que, después de probarlo, resulta imposible dejarlo a medias. Entre susurros y ritmos pegajosos, Selena admite que ni los consejos del médico ni lo que murmure la gente pueden apagar esas ganas de tener a alguien «todo para mí».
Al mismo tiempo, el tema retrata la montaña rusa de emociones que provoca una atracción intensa: "all of the downs and the uppers keep making love to each other". Los altibajos se mezclan y se transforman en un ciclo sin fin, como un cóctel de adrenalina que la cantante no quiere soltar. Con humor y descaro ("I mean I could, but why would I want to?"), Selena celebra la entrega total y la pasión sin filtros, invitándonos a dejar de reprimir nuestros sentimientos y a disfrutar cada gota de esa conexión que nos pone la piel a flor de piel.