Diamond Heart es una potente colaboración entre el productor noruego Alan Walker y la cantante sueca Sophia Somajo. Sobre una base electrónica que mezcla energía y melancolía, la voz de Sophia nos sumerge en un diálogo íntimo con el dolor: saluda a la “tristeza dulce” y confiesa sentirse “como la mañana después del éxtasis”. Desde el primer verso queda claro que el personaje narrador está atrapado en un bucle de amor y sufrimiento, donde cada recuerdo amenaza con ahogarla en un “mar sin fin”.
A lo largo de la canción surge el deseo de poseer un corazón de diamante: un corazón inquebrantable que la proteja de balas, dagas y venenos emocionales. Con imágenes vívidas la letra contrapone la fragilidad humana con la dureza de las gemas, mientras la narradora fantasea con amar sin miedo y sin quedar hecha pedazos. Sin embargo, su despedida -“Goodbye my love, you are everything my dreams are made of”- revela que la verdadera fortaleza no está en blindarse, sino en aceptar la vulnerabilidad. Diamond Heart es, en última instancia, un himno a quienes han sufrido por amor y anhelan seguir amando sin perderse a sí mismos.