¿Qué pasa cuando el reloj marca las 4 a. m. y toda la ciudad está cerrada? En Side Effects, The Chainsmokers y la voz de Emily Warren nos llevan a ese momento de debilidad nocturna en el que la soledad, mezclada con unas copas de más, empuja al protagonista hasta la puerta de una antigua relación. El estribillo lo deja claro: la “efecto secundario” de sentirse solo es volver a esa persona que conoce tan bien. Así, el tema retrata el ciclo de deseo, culpa y euforia que se repite cada vez que las luces de la fiesta se apagan.
La canción juega con la contradicción entre razón y pasión: el narrador sabe que “debería irse a casa”, que “el tiempo debió enseñarle la lección”, pero aun así no puede abandonar la costumbre de buscar ese amor nocturno. Con un ritmo bailable que contrasta con la letra introspectiva, Side Effects pinta un cuadro moderno de las relaciones informales y de cómo, a altas horas, los buenos propósitos flaquean y la tentación gana la partida. En resumen, es un himno a esa llamada de madrugada que todos hemos querido resistir… y pocos hemos logrado ignorar.