“everything I wanted” es un viaje onírico en el que Billie Eilish mezcla éxito y vulnerabilidad. La cantante imagina alcanzar todo aquello que alguna vez deseó, pero pronto descubre que ese supuesto paraíso se transforma en una pesadilla: nadie la ve, nadie la escucha, y la fama no llena el vacío que siente. En medio de esa confusión aparece la figura protectora de su hermano Finneas —representado en la canción como ese “tú” que la acompaña al despertar— quien le recuerda: “Mientras yo esté aquí, nadie puede hacerte daño”. Billie reflexiona entonces sobre el poder de las palabras ajenas, el miedo a decepcionar y la importancia de cambiar la forma en que nos vemos a nosotros mismos para no dejarnos aplastar por la presión externa.
En solo unos minutos, la artista de Los Ángeles combina un ambiente casi de cuento lúgubre con un mensaje de esperanza: la fama puede ser solitaria, las críticas pueden doler, pero el apoyo de quienes de verdad te quieren funciona como un salvavidas. Así, la canción se convierte en una invitación a cuidar nuestra salud mental y a aferrarnos a las personas que nos recuerdan que “ellos no te merecen” cuando el mundo parece hundirse.