¿Alguna vez te han roto el corazón y has sentido que el mundo se derrumba pero, al mismo tiempo, sabes que no puedes quedarte paralizado? Esa es la chispa que enciende "No Time To Die", el tema de Billie Eilish para la película de James Bond con el mismo nombre. En la canción, la artista estadounidense mezcla la atmósfera elegante y misteriosa del universo 007 con una confesión íntima de traición: se dio cuenta de que la persona a la que amaba nunca estuvo realmente de su lado. Entre susurros y crescendos orquestales, Billie describe el momento en que comprende la mentira, se sacude las lágrimas y se repite que no hay tiempo para morir... ni para lamentarse.
El mensaje central es de empoderamiento tras la desilusión. Sí, duele descubrir que el “paraíso” prometido era una trampa, pero la protagonista decide apagar ese fuego y seguir adelante. Así, la canción se convierte en un recordatorio musical de que podemos transformar el dolor en fuerza: “me engañaste una vez, dos veces, pero ya no tendrás el gusto de verme llorar”. Con su voz susurrante y su tono oscuro, Billie nos invita a abrazar la vulnerabilidad, aprender la lección y marchar hacia la próxima misión con la frente en alto.