¿Qué tan profundo es tu amor? Esa es la pregunta hipnótica que Calvin Harris (el talentoso productor español) y el trío británico Disciples repiten como un mantra sobre un beat envolvente. La letra convierte la pasión en una aventura acuática: el amor se compara con un océano inmenso y con el nirvana, ese estado de felicidad total. Entre respiraciones compartidas y cuerpos que se buscan sin miedo, la voz del cantante anhela disolver los límites personales para descubrir hasta dónde llega la entrega de su pareja.
El tema se construye sobre dos fuerzas: el deseo de intimidad absoluta y la duda persistente de si ambos sienten lo mismo. Peticiones como “Let me be your air” y “Open up my eyes” muestran vulnerabilidad, mientras que la pregunta insistente crea tensión: ¿es devoción o solo un momento? Así, la canción se convierte en una invitación a zambullirse sin inhibiciones, midiendo la verdadera profundidad del amor al ritmo irresistible de la pista de baile.