OMG es un coctel de ritmos urbanos y actitud despreocupada en el que Camila Cabello presume su confianza y su magnetismo. Entre nombres de ciudades (Miami, Los Ángeles, Tokio), menciones icónicas como “Jordan 23” y comparaciones chispeantes (rebotar como un yo-yo), la cantante celebra el efecto WOW que provoca a dondequiera que vaya. La letra gira alrededor del juego de la seducción: ella no está para hablar mucho, sino para dejarse ver, disfrutar la fiesta y hacer que todos exclamen ¡Oh, my God! ante su presencia.
Quavo se suma con versos que refuerzan la obsesión: describe a Camila como una reina de revista, provoca envidia y sueños húmedos, y sella la idea de que ambos son la pareja más deslumbrante de la pista. En conjunto, la canción transmite poderío, coquetería y ese orgullo de saberse irresistible; es un himno para encender la noche, subir el volumen y bailar con seguridad total.