¿Hasta dónde llegarías para no soltar a la persona que amas? En Selfish, Justin Timberlake se sincera y reconoce que su amor roza la posesión. Con frases como "If I get jealous, I can't help it", el cantante admite sin tapujos que la belleza y la energía de su chica lo tienen fuera de sí. Presume de que sus labios “están hechos” para los de ella y hasta fantasea con “ponerla en un marco” para que nadie más la toque. El resultado es un cóctel de deseo, orgullo y un toque de paranoia que lo hace repetir: “Supongo que soy egoísta”.
Detrás del ritmo pegadizo se esconde un mensaje muy humano: cuando alguien nos enamora por completo, aparece el miedo a perderlo. Justin celebra cada rasgo de ella –su look, su origen, casi su existencia– y confiesa que, sin ese amor, su corazón se quedaría “en línea plana”. Así, la canción se convierte en un himno pop a la pasión intensa y celosa, donde el artista reconoce que luchar contra ese impulso sería inútil. ¡Una invitación a cantar, bailar y reflexionar sobre los límites entre amor, deseo y posesión!
No Angels es una invitación descarada a soltar las inhibiciones en la pista de baile. Justin Timberlake describe ese instante eléctrico en que dos personas se cruzan miradas y deciden, casi sin palabras, que la noche está hecha para ellas. Al guardar sus "alas", los protagonistas renuncian a fingir perfección y aceptan que, en ese espacio de música y luces, nadie es un ángel: solo seres listos para divertirse, fluir con el ritmo y olvidarse del mañana.
La letra mezcla metáforas de velocidad y vuelo —"full throttle", "pilot on auto"— con un coqueteo constante que resalta la química corporal. Timberlake celebra la libertad de moverse como se quiera y el placer de una conexión espontánea, creando un ambiente sensual y festivo. Ideal para aprender vocabulario relacionado con la fiesta, la atracción y las expresiones de tiempo, mientras te dejas llevar por su groove contagioso.
🎨 True Colors es un canto de ánimo para esos momentos en que te sientes pequeñ@ y el mundo parece demasiado. Justin Timberlake, junto a Anna Kendrick, se dirige a los "ojos tristes" y les recuerda que, aunque la oscuridad interna haga que olvides tu brillo, tus colores verdaderos siguen ahí, hermosos como un arcoíris. La canción abraza la autenticidad y celebra la valentía de mostrarse tal cual uno es.
🌈 Además, el tema subraya el poder de la amistad: cuando la vida te vuelva loc@ y sientas que ya no aguantas más, basta una llamada para encontrar a alguien que crea en ti y te ayude a rescatar tu verdadera luz. En resumen, este himno optimista te anima a dejar de esconderte, a sonreír de nuevo y a dejar que tus colores resplandezcan sin miedo.
¡Prepárate para levantarte de la silla! "CAN’T STOP THE FEELING!" de Justin Timberlake (cantante y actor de Estados Unidos) es un auténtico estallido de alegría. La letra describe una emoción tan poderosa que recorre todo el cuerpo: un cosquilleo eléctrico que te impulsa a moverte sin parar. El narrador siente "el sol en el bolsillo" y "alma en los pies", imágenes que simbolizan optimismo, energía y buena vibra. La canción invita a convertir cualquier lugar —la ciudad, el hogar o la pista— en un espacio sin techo donde todos vuelan alto gracias a la música.
El mensaje es claro: cuando ese sentimiento aparece, no hay reglas, miedos ni preocupaciones que valgan. Solo existe el impulso de bailar, contagiar a los demás y permanecer unidos en la fiesta. Con frases pegadizas como "Nothing I can see but you when you dance" y un estribillo que repite "I can’t stop the feeling", Timberlake celebra la magia colectiva que surge cuando la música conquista el ambiente. En resumen, esta canción es un recordatorio musical de que la felicidad es contagiosa y siempre está a un paso de nuestros pies… si nos atrevemos a moverlos. 🎉🕺
¿Alguna vez has sentido la presión de tener que opinar sobre todo? En Say Something, Justin Timberlake y Chris Stapleton pintan el retrato de un artista que carga con el foco público: todos le piden que hable, confiese y se posicione. Sin embargo, en su interior late una duda constante: “Quizá lo mejor sea callar”. El tema navega entre la tentación de dejarse llevar por el “ritmo” de la fama y la urgencia de proteger la autenticidad propia.
El estribillo repetitivo refleja ese bucle mental donde la mente dice «di algo» pero el corazón advierte el riesgo de decir demasiado. Entre guitarras, palmas y un coro pegadizo, los cantantes concluyen que, a veces, el silencio puede ser la declaración más poderosa. La canción invita a reflexionar sobre la importancia de elegir cuándo hablar y cuándo guardar silencio para no perderse a uno mismo en la cacofonía de las expectativas externas.
Justin Timberlake se pone su sombrero de leñador y nos invita a su mundo más íntimo con “Man of the Woods”. La canción mezcla ritmos pop-funk y un aire campestre para contarnos cómo un chico orgulloso de sus raíces sureñas presume a su pareja ante todos 🌲❤️. Él es “un hombre del bosque” que ama la vida sencilla, la naturaleza y el olor a madera recién cortada, pero al mismo tiempo derrocha sensualidad cuando está a solas con ella. Entre coqueteos, risas y reconciliaciones, nos deja claro que su mayor tesoro es esa conexión única que nadie más puede entender.
Con imágenes divertidas como “tus manos caminando por tus piernas” y guiños a bebidas con lima, Justin celebra la complicidad de una relación donde las miradas lo dicen todo. La letra habla de orgullo, deseo y autenticidad: él puede ser rudo por fuera, pero su corazón late fuerte por la persona que ama. En resumen, esta canción es un brindis a la pareja perfecta, esa que te hace sentir que el mundo entero es un bosque privado solo para dos. 🌳✨
Mirrors es la gran declaración de amor de Justin Timberlake, un artista de Estados Unidos que convierte el espejo en metáfora de la conexión perfecta. A lo largo de la canción, el cantante descubre que su pareja funciona como un reflejo brillante: capta su luz, completa el vacío que sentía en el corazón y le muestra quién es realmente. Con frases como “I’m looking right at the other half of me” o “You reflect me”, Justin subraya que, al unir sus manos y sus almas, no existe lugar al que no puedan llegar juntos.
En la segunda mitad del tema, Timberlake expone la fuerza transformadora de ese amor. Despide a su “yo” antiguo, promete luchar por el presente y repite, casi como un mantra, “You are the love of my life”. Así refuerza la idea de un compromiso duradero, donde dos reflejos se funden en una sola imagen. Mientras escuchas, fíjate en el vocabulario de la luz (shine), los espejos (mirror, reflection) y la unidad (two reflections into one): te ayudarán a sentir—y comprender—cómo el inglés expresa la magia de encontrar a tu alma gemela.
¡Prepárate para un flechazo al ritmo de Timbaland! Desde el primer “hey” Justin Timberlake nos mete en una pista de baile donde cada beat destila elegancia y seducción. Entre halagos tan dulces como cotton candy y movimientos “tan exigentes” que hipnotizan, el cantante norteamericano celebra la atracción instantánea: quiere conocerla, hacerla sonreír y, sobre todo, que nadie le robe ese privilegio de llamarla My Love.
Pero la cosa va más allá de un simple coqueteo. Justin fantasea con escribir sinfonías, pasear por la playa, tumbarse en el campo y, al final, sellar todo con un “I do”. El rap de T.I. añade seguridad y un toque travieso, mientras el estribillo insiste en que “no hay otra mujer que pueda ocupar tu lugar”. En resumen, la canción mezcla romanticismo sincero con un swagger irresistible: es una moderna propuesta de amor envuelta en beats pegadizos que hacen casi imposible no decir “sí, acepto”.
¡Prepárate para un viaje de karma musical! En “What Goes Around… Comes Around”, el estadounidense Justin Timberlake nos sumerge en una historia de engaño, dolor y justicia poética. El protagonista habla directamente a la chica que lo traicionó: él le entregó el mundo, pero ella eligió a otro. Ahora, entre lamentos y estribillos pegadizos, Justin recuerda que todo lo que hacemos regresa, tal como dice el refrán del título.
La canción funciona casi como una mini-película: primero vemos la ruptura y la confusión, luego llega la revelación de la infidelidad, y al final aparece el efecto boomerang. Cuando ella sufre exactamente lo que le hizo a él, el cantante exclama victorioso: “I thought I told ya!”. Así, Timberlake mezcla sentimientos de tristeza y desquite en un temazo que nos enseña dos lecciones claras: 1) el amor mal correspondido duele, y 2) el karma no falla. Perfecto para aprender vocabulario sobre el desamor y, de paso, practicar cómo narrar una buena revancha romántica en español.
LoveStoned nos transporta a una noche vibrante de club donde Justin Timberlake queda literalmente “atontado de amor”. Entre luces parpadeantes y ritmos funk, el cantante describe cómo una mujer segura de sí misma domina la pista y su atención. Ella bebe de una “botella amarilla”, se mueve con estilo y sabe que su magnetismo causa sensación. El narrador, hipnotizado, confiesa que no puede apartar la mirada y sueña con que ella termine la noche a su lado.
La letra gira en torno a la atracción inmediata y la confianza: él está love stoned (embriagado de amor) y ella es consciente de su poder. Hay un juego constante de miradas, baile y deseo, donde solo quien pueda seguir su ritmo tendrá una oportunidad. Así, la canción mezcla seducción, energía de fiesta y un toque de admiración por la mujer “freaky” que sabe exactamente lo que quiere y cómo conseguirlo.
Justin Timberlake, el carismático artista de Estados Unidos, abre las puertas de la pista con Take Back The Night: un himno lleno de funk, metales brillantes y una urgencia irresistible por vivir el momento. La letra nos sitúa en una ciudad que vibra bajo las luces, donde la atracción manda y las reglas se quedan en la puerta. JT invita a su acompañante a “recuperar la noche”, es decir, a adueñarse del presente, bailar sin pudor y dejar que la química marque el ritmo.
Este tema celebra la complicidad —“nadie se preocupa por quiénes seremos mañana”— y se convierte en un llamado a desafiar cualquier intento de apagar la fiesta. Entre giros, sudor y copas en alto, la canción nos recuerda que la noche es un terreno de libertad: un espacio para olvidar las prohibiciones, rendirse al deseo y comprobar que no hay nada mejor que esa sensación de euforia compartida cuando la banda suelta los metales y todo el mundo grita al unísono: ¡Take back the night!
¿Qué sucede cuando el soul clásico se viste con un traje impecable? «Suit & Tie» es la carta de presentación más elegante de Justin Timberlake y JAY-Z: un himno al glamour, la confianza y la química que surge cuando dos personas se sienten irresistibles la una por la otra. Al ritmo de un groove retro-moderno, Justin presume su traje y corbata mientras elogia a su acompañante, una mujer tan deslumbrante que hace subir la temperatura de la pista. Entre piropos y giros de baile, él promete enseñarle “unas cuantas cosas” sobre el amor, dejando claro que la seducción empieza con la actitud y un buen estilo.
En el verso de JAY-Z, el lujo sube de nivel: menciona marcas exclusivas, cenas de alto rango y destellos de extravagancia que refuerzan el ambiente sofisticado. Sin embargo, detrás de la ostentación late un mensaje sencillo: cuando dos personas se visten para impresionarse mutuamente, el verdadero brillo proviene de su complicidad. Así, traje, corbata y vestido se convierten en símbolos de respeto, admiración y diversión compartida, mientras la música invita a balancearse como en un club de swing del siglo XXI.
TKO, siglas de technical knockout, es la metáfora perfecta que Justin Timberlake utiliza para narrar una relación amorosa que se siente como un combate de boxeo. En el ring del corazón, su pareja lanza golpes bajos, sigue atacando cuando ya sonó la campana y lo deja fuera de combate con un derechazo directo a la emoción. Entre imágenes de puños, silbatos y conteos de diez, el cantante confiesa que está "out for the count" porque la atracción física y el misterio de ella lo han noqueado una y otra vez.
La canción mezcla deseo y frustración: hay momentos de "rematch sex" que resultan electrizantes, pero ningún contrincante gana cuando uno de los dos termina con el corazón hinchado. Timberlake se debate entre la fascinación por el encanto letal de esa chica y la confusión que le provoca su lado más oscuro. Con un beat seductor y coros pegajosos, TKO resume la montaña rusa de emociones de un romance tóxico que, aun así, sigue siendo imposible de dejar. ¡Prepárate para entrar al cuadrilátero y aprender español al ritmo de este nocaut musical!
500 Miles nos mete en la piel de un viajero que, con el silbido del tren de fondo, descubre que ha quedado a quinientas millas de su hogar. La letra retrata esa mezcla de nostalgia y resignación que sentimos cuando estamos lejos de todo lo familiar: no tiene dinero, ni siquiera una camisa para abrigarse, y aun así el tren sigue alejándolo mientras anuncia su partida con un pitido que se escucha a cien millas. Cada verso repite la distancia como un eco que subraya el vacío emocional y físico entre el protagonista y su casa.
Aunque la historia parece sencilla, es un recordatorio poderoso de lo que significa sentirse perdido y sin recursos, pero también de la valentía de seguir adelante. El tema invita a imaginar el paisaje que se ve por la ventanilla y a preguntarnos qué haríamos nosotros si estuviéramos en la misma situación. Con su melodía folk y sus voces en armonía, Justin Timberlake, Carey Mulligan y Stark Sands convierten una antigua balada en un himno universal sobre el anhelo de regresar y la esperanza de encontrar, tarde o temprano, el camino de vuelta.
“I’m Lovin’ It” de Justin Timberlake es un himno de celebración instantánea que nos transporta a una pista de baile luminosa. Desde el primer beat el cantante se lanza a conquistar con halagos (“you’re a dime”) y buen humor, recordándonos lo emocionante que es ese primer flechazo cuando las mariposas revolotean en el estómago. La frase repetida “I’m lovin’ it” funciona como un mantra de pura satisfacción: aquí no hay espacio para preocupaciones, solo para disfrutar el momento, la música y el coqueteo travieso.
En el fondo, la canción envía un mensaje sencillo y motivador: desconecta del estrés semanal, suelta el pasado y baila como si nadie mirara. Timberlake anima a la chica (y por extensión al oyente) a permitirse un respiro merecido después de “working hard all week”. Todo es energía positiva, confianza y ritmo contagioso. Así que ponte tus mejores pasos, deja que el bajo marque el compás y repite con él: ¡me encanta, me encanta, me encanta!
Sexy Back es una declaración de confianza absoluta. Justin Timberlake nos cuenta que ha venido a "traer de vuelta lo sexy" y, con la producción y los coros de Timbaland, convierte la pista en un lugar donde nadie puede quedarse quieto. La letra describe a un narrador que se siente irresistible, señala que los demás "no saben cómo actuar" y elogia la sensualidad de su pareja. Todo ocurre en un ambiente de discoteca: zona VIP, bebidas, luces y un ritmo electrónico que invita a moverse.
Más que una simple canción de fiesta, el tema celebra la seguridad en uno mismo y el juego de la seducción. Expresiones como Get your sexy on animan a cualquiera a liberarse, a perder la timidez y a disfrutar de su cuerpo. Entre referencias juguetonas a roles de poder y cumplidos muy directos, Timberlake y Timbaland plantean un coqueteo divertido donde se festeja la atracción mutua y la libertad de expresarla. En resumen, "Sexy Back" es un himno a sentirse atractivo, poderoso y listo para dominar la pista de baile.
"Cry Me A River" es el desahogo explosivo de Justin Timberlake tras descubrir la infidelidad de su pareja. En la canción, el cantante compara a esa persona con su sol y su tierra, pero enseguida deja claro que todo ese amor se desploma cuando se entera —por otro chico— de la traición. El coro "Cry me a river" es una forma sarcástica de decir: ya lloré lo mío, ahora te toca a ti enfrentar las consecuencias.
La letra repasa el momento en que Justin corta toda esperanza de reconciliación: ya no hay vuelta atrás, los “puentes” se quemaron y el daño está hecho. Con la producción hipnótica de Timbaland y un tono de reproche firme, la canción mezcla dolor y empoderamiento, convirtiendo la tristeza en un mensaje de autoestima y cierre definitivo. ¡Una lección musical sobre cómo transformar la ruptura en fuerza propia!
Like I Love You nos lleva directamente a la pista de baile de un club nocturno, donde Justin Timberlake se fija en una chica que destaca entre la multitud. Con un tono coqueto y seguro, él la anima a soltarse, a dejar que el ritmo “le mueva los huesos” y a descubrir que nadie la querrá como él. La canción gira en torno a la atracción instantánea, la química que se siente en ese primer cruce de miradas y la promesa de un amor diferente, auténtico y protector.
Cuando entra Clipse, la historia gana un toque más callejero y sofisticado: hablan de lujos, de exhibir estilo y de lo fácil que es pasar de unas palabras sugerentes a una conexión más íntima. Sin embargo, detrás de los guiños sensuales y el juego de seducción, el mensaje sigue siendo claro: confía en lo que sientes esta noche, ignora los chismes de la gente y déjate llevar por la música. En resumen, esta colaboración pop-hip hop celebra la emoción del flirteo, la espontaneidad de un encuentro y la posibilidad de que un simple baile cambie tu mundo.
Señorita nos transporta a una noche cálida de club, con ritmos de R&B y toques latinos. Justin Timberlake, acompañado por Pharrell Williams, ve a una chica espectacular caminando por la calle y en seguida percibe su tristeza. Él se presenta como el caballero que quiere devolverle la sonrisa: le dice que su actual pareja no la valora, que ella merece una corona y que en sus brazos encontrará un amor auténtico. La canción mezcla ternura y picardía mientras Justin la invita a “volar” y a dejar atrás las lágrimas.
En la parte final, el público entra en el juego con un divertido call and response: los chicos preguntan si pueden irse con ella y las chicas responden con duda juguetona. Este intercambio convierte la pista en una fiesta colectiva y refuerza el ambiente de coqueteo seguro y alegre. En resumen, la letra celebra la confianza, el empoderamiento femenino y el poder de la música para unir a todos en una misma vibra positiva.
Rock Your Body nos traslada a una pista de baile donde la música late con fuerza y Justin Timberlake asume el papel de maestro de ceremonias. Desde el primer verso invita a una chica —y, por extensión, a cualquiera que escuche— a quedarse, dejarse llevar y fundirse con el ritmo hasta el amanecer. El cantante ofrece confianza: él provee la playlist, la energía y el espacio seguro para que ella se suelte, sin necesidad de admitir abiertamente lo que ambos desean. El aire en la letra se describe denso y cargado de sensualidad, lo que refuerza la atmósfera de un club lleno de miradas, luces y cuerpos moviéndose al unísono.
El tema gira en torno a la seducción lúdica. Justin mezcla halagos, humor (“Bet I’ll have you naked by the end of this song”) y un reto amistoso para romper el hielo. Más que una simple propuesta física, la canción celebra el poder liberador del baile: el cuerpo habla cuando las palabras sobran. En definitiva, Rock Your Body es un llamado a abandonar la timidez, conectar en la pista y dejar que la combinación de groove y confianza haga el resto.