Rock Your Body nos traslada a una pista de baile donde la música late con fuerza y Justin Timberlake asume el papel de maestro de ceremonias. Desde el primer verso invita a una chica —y, por extensión, a cualquiera que escuche— a quedarse, dejarse llevar y fundirse con el ritmo hasta el amanecer. El cantante ofrece confianza: él provee la playlist, la energía y el espacio seguro para que ella se suelte, sin necesidad de admitir abiertamente lo que ambos desean. El aire en la letra se describe denso y cargado de sensualidad, lo que refuerza la atmósfera de un club lleno de miradas, luces y cuerpos moviéndose al unísono.
El tema gira en torno a la seducción lúdica. Justin mezcla halagos, humor (“Bet I’ll have you naked by the end of this song”) y un reto amistoso para romper el hielo. Más que una simple propuesta física, la canción celebra el poder liberador del baile: el cuerpo habla cuando las palabras sobran. En definitiva, Rock Your Body es un llamado a abandonar la timidez, conectar en la pista y dejar que la combinación de groove y confianza haga el resto.