Prepárate para un himno de descaro y sarcasmo. En I Don’t Care, Fall Out Boy le da la vuelta al clásico “me importa lo que piensen de mí” y lo convierte en un grito de ego irreverente: «No me importa lo que pienses, siempre y cuando estés hablando de mí». La banda, originaria de Estados Unidos, retrata a un narrador que abraza la fama y la atención mediática sin remordimientos, mientras expone la superficialidad de quienes lo rodean: amigos que solo quieren habitaciones de hotel y una vida de excesos.
Entre imágenes incendiarias —hojas que caen en verano, diciembre en llamas, guitarras que gritan— la canción revela un mensaje doble. Por un lado, critica la cultura de celebridades y la falsedad que la acompaña; por el otro, celebra la capacidad de encontrar “felicidad en la miseria”, es decir, de sacar provecho incluso de los momentos más caóticos. Es un recordatorio de que el ego puede ser tu escudo o tu prisión, y Fall Out Boy lo canta con una mezcla explosiva de ironía, energía punk y un toque de auto-burla.