Postcards es una carta de amor musical rebosante de nostalgia y picardía. James Blunt nos sitúa en un domingo despreocupado: guitarra en mano, historias exageradas, coronitas de margaritas y la chispa de un flechazo que se siente tan travieso como dos niños en el patio del colegio. Las postales del título son ese recurso romántico y casi vintage con el que el narrador se atreve a gritar lo que cara a cara le cuesta decir. Cada verso es una estampa: perseguir el sol en una bici hecha para uno solo, compartir un sillón mecedor, coleccionar momentos aparentemente sencillos que, juntos, confirman un sentimiento gigante.
Aunque el lunes aparezca y la rutina intente separar a la pareja, las postales siguen volando: pequeños papeles que llevan como matasellos la palabra L.O.V.E escrita con la seguridad de quien ya no pretende esconderse. La canción celebra el amor juvenil que no siente vergüenza, que no teme al qué dirán y que se expresa con la sinceridad de un niño que aún no ha aprendido a guardarse lo que siente. «Postcards» nos recuerda que abrir el corazón puede ser tan simple como poner nuestros pensamientos en tinta y dejarlos viajar hasta la persona amada.