Tom Odell nos abre la puerta de una casa fría iluminada por faroles amarillos y nos pasea por sus recuerdos más íntimos. I Know es la crónica de un amor que terminó, pero que sigue latiendo en cada detalle cotidiano: los ojos castaños, los paseos habituales, las noches de invierno compartidas. El narrador admite con resignación: «I know that it's all over», sin embargo su corazón se rebela y vuelve a caer una y otra vez.
La canción retrata ese tira y afloja entre razón y deseo: el protagonista corre para alejarse, aunque siempre termina regresando. Con la repetición de “I know”, Tom subraya la claridad mental que contrasta con la fuerza de la nostalgia y la costumbre. El resultado es un himno melancólico y apasionado que nos recuerda lo fácil que es tropezar con la misma piedra del amor... y lo difícil que es dejar de intentarlo.