Imagina que, después de mucho tiempo, vuelves a tu ciudad un día de lluvia y quedas con esa persona con la que todo quedó a medias. Así arranca Just Another Thing We Don't Talk About, de Tom Odell, artista belga que convierte una escena cotidiana en una radiografía del silencio. Entre un termo de café, bromas forzadas y una olla de chili en el fuego, los dos protagonistas se llenan de pequeñas charlas («¿Cómo has estado?», «¿Tomamos una cerveza?») para esquivar lo que realmente importa: el pasado que late incómodo en cada pausa.
El estribillo “just another thing that we don't talk about” revela el corazón del tema: la costumbre de guardar lo esencial bajo llave. No importa si van demasiado rápido en el coche o tropiezan camino a la cama; la verdadera colisión ocurre cuando evitan lo que sienten. Odell pinta la frustración de reconocer que hoy podría ser el momento de aclararlo todo, pero la inercia del silencio gana la partida. El resultado es una canción melancólica y honesta que nos recuerda lo fácil que es esconder las emociones… y lo caro que puede salir no hablar de ellas.