«Champion of the World» irradia resiliencia y autoafirmación. El narrador admite que intentó parecerse a los demás, se midió en “duelos” y tropezó una y otra vez, pero cada caída alimenta su determinación. Con imágenes de montañas suicidas, cohetes que retroceden y un árbitro indiferente, la canción pinta la sensación de luchar contra circunstancias adversas. Aun así, en cada verso late la convicción de que el verdadero triunfo no se mide por victorias rápidas, sino por la voluntad de seguir encendido y “volar como un fuego artificial” hasta conquistar el propio universo interior.
En la segunda mitad, el tema se llena de fantasía y esperanza. El protagonista se sube a una bicicleta espacial, lleva a E.T. de copiloto y sueña con que alguien especial le prenda los colores en el pecho como a un héroe. Estas metáforas celebran el poder de la imaginación para vencer la duda y el miedo. Al final, el cohete despega de verdad y el viajero se proclama champion of the world, recordándonos que cada intento fallido es tan solo el preludio de un gran despegue.