Video Games nos invita a entrar en un universo vintage donde el amor se mezcla con cerveza fría, vestidos de verano y pantallas de píxeles. Lana Del Rey retrata a una chica que gira en torno a su pareja con la misma suavidad con la que él se entretiene con sus videojuegos. El resultado es una postal cinemática: columpios en el patio trasero, besos en la penumbra azul de un bar y un estribillo que repite que el cielo está en la Tierra cuando está con él.
Bajo esa estética romántica y nostálgica late una pregunta: ¿hasta qué punto la protagonista vive su propio “juego” o simplemente juega el de él? Mientras idealiza cada momento —“todo lo hago por ti”— se deslizan destellos de dependencia y melancolía. La canción combina ternura y tristeza, recordándonos que el amor puede ser tan adictivo como cualquier consola: emocionante, envolvente y a veces peligroso si se pierde el equilibrio entre dos jugadores.