"Daddy Lessons" es la inesperada aventura country con la que Beyoncé, la superestrella de Estados Unidos, vuelve a su Texas natal. Sobre un ritmo de guitarras y palmas vaqueras, la cantante narra cómo su padre la convirtió en una soldado: le enseñó a montar en moto, a jugar al blackjack y, sobre todo, a disparar para proteger a la familia. Cada "My daddy said shoot" resume la gran lección: defiéndete, cuida a tu madre y vigila a tu hermana cuando aparezca la gente peligrosa. Con referencias a la Segunda Enmienda y a la Biblia, la letra mezcla tradición sureña, amor familiar y el aroma a whisky con té de una auténtica cantina.
Al final, la canción se convierte en un himno de empoderamiento femenino. Beyoncé transforma los consejos, duros pero cariñosos, de su padre en un recordatorio para todas las mujeres: detecta a los hombres que solo quieren jugar contigo, mantente fuerte y, si hace falta, aprieta el gatillo simbólico contra la injusticia. Entre gritos de "Yee-haw" y coros soul, la artista fusiona raíces e innovación para contar una historia donde el amor paterno se convierte en arma y escudo al mismo tiempo.