¿Alguna vez has querido consolar a alguien de un dolor que tú mismo causaste? Esa es la paradoja que narra Save Your Tears de The Weeknd, el artista canadiense que mezcla sonidos ochenteros con historias de amor tóxico. En la pista de baile, el cantante se topa con su antigua pareja, quien aparenta felicidad hasta que una lágrima lo delata. Él confiesa que tiene la mala costumbre de huir cuando el vínculo se vuelve serio, repitiendo así el patrón que una vez le rompió el corazón. Con un tono entre culpable y nostálgico, admite que sus palabras y su fuga la hicieron sufrir, pero también le ruega que guarde esas lágrimas para un momento mejor.
El estribillo “Save your tears for another day” funciona como un irónico consejo: él sabe que llegó demasiado tarde para arreglar las cosas y que ella merece a alguien que no escape al compromiso. La canción, con su ritmo bailable y sintetizadores brillantes, es un contraste entre melodía festiva y letra melancólica. Es un recordatorio de que a veces bailamos para olvidar, aunque el corazón aún late al compás del arrepentimiento.