¿Qué hace una superestrella cuando la fama y el dinero ya no caben en el garaje? En Starboy, The Weeknd, el artista canadiense, se alía con Daft Punk para presentar a su alter ego más brillante y provocador. Entre risas burlonas y motores rugiendo, presume Lamborghinis rojos, mesas de ébano de veinte mil dólares y un "blue Mulsanne" que retumba con New Edition. Todo es un desfile de lujo que, bajo los neones, refleja la presión constante de quienes quieren derribarlo y la necesidad de reinventarse para seguir en la cima.
La canción mezcla ostentación y crítica: cada verso grita "¡Mira lo que has hecho, soy una estrella!", pero las mansiones están "tan vacías" que necesitan un centro. El narrador alterna arrogancia y vulnerabilidad, cambia de estilo para esquivar el dolor y se refugia en coches nuevos en lugar de oraciones. Así, Starboy brilla con un lujo cegador y recuerda que la fama puede ser tan excitante como autodestructiva.